Baltrus, ideó una trampa para capturarlos y llevárselos al infierno como ayudantes en sus maldades. Su idea era robar la Estatua de la Libertad y cuando los superhéroes fueran a recuperarla, él con su ejército de malvados demonios se llevaría a los dos héroes y la llama al infierno.
Supermán y Batman vieron por televisión que un individuo vestido de rojo, con capa, cola y grandes cuernos trepaba por la Estatua de la Libertad; llegaba a la mano derecha y demostrando una gran fuerza cogía la antorcha.
Mientras tanto, Robby estaba alucinado contemplando la Estatua y pensando que era uno de los suyos, tan grande y tan verde.
Batman y Supermán decidieron intervenir inmediatamente. Salieron volando y enseguida vieron al demonio que estaba a los pies de la Estatua esperándoles tranquilamente.
Baltrus invocó a su ejército de demonios y estos rodearon a los superhéroes. Robby se dio cuenta de que algo raro sucedía porque un grupo de hombrecillos rojos atacaban a dos hombres voladores. Les estaba mirando tan fijamente y con tanta intensidad que su visión láser se activó y desintegró uno por uno a los demonios y a Baltrus.
Cuando Supermán y Batman se dieron cuenta de que el pequeño extraterrestre les había ayudado a vencer a los malvados, se lo agradecieron y, a cambio, le acompañaron en la búsqueda de sus padres consiguiendo que toda la familia se reencontrara.
Supermán y Batman vieron por televisión que un individuo vestido de rojo, con capa, cola y grandes cuernos trepaba por la Estatua de la Libertad; llegaba a la mano derecha y demostrando una gran fuerza cogía la antorcha.
Mientras tanto, Robby estaba alucinado contemplando la Estatua y pensando que era uno de los suyos, tan grande y tan verde.
Batman y Supermán decidieron intervenir inmediatamente. Salieron volando y enseguida vieron al demonio que estaba a los pies de la Estatua esperándoles tranquilamente.
Baltrus invocó a su ejército de demonios y estos rodearon a los superhéroes. Robby se dio cuenta de que algo raro sucedía porque un grupo de hombrecillos rojos atacaban a dos hombres voladores. Les estaba mirando tan fijamente y con tanta intensidad que su visión láser se activó y desintegró uno por uno a los demonios y a Baltrus.
Cuando Supermán y Batman se dieron cuenta de que el pequeño extraterrestre les había ayudado a vencer a los malvados, se lo agradecieron y, a cambio, le acompañaron en la búsqueda de sus padres consiguiendo que toda la familia se reencontrara.
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